Formas de gobierno
¿Cuáles son las formas de gobierno?
Cuando se habla de formas de gobierno, usualmente se hace alusión al modelo de organización del poder político que adopta un Estado, en base a las relaciones existentes entre sus instituciones determinadas. Se trata de un concepto clave en las ciencias políticas, que también puede llamarse sistema de gobierno, régimen de gobierno o modelo político.
Las distintas formas de gobierno posibles presentan numerosas diferencias y cambian a menudo de una época a otra y de un Estado a otro, obedeciendo a condiciones estructurales, históricas o idiosincráticas de la sociedad y la población, cuando no a condiciones coyunturales o accidentales, como guerras, catástrofes, depresiones económicas, etc.
Este concepto no debe confundirse con las formas de Estado, que apuntan a la organización político-territorial de una nación, aunque es frecuente hallarlo referido en el nombre mismo del país: Reino de España, República Democrática de Corea, Federación Rusa, etc.
Del mismo modo, existen muchas clasificaciones y nomenclaturas para las formas de gobierno, algunas provenientes de la antigüedad. Así, es posible clasificarlas de acuerdo a distintos criterios:
- Según el mecanismo escogido para optar a la jefatura del Estado. O sea, dependiendo de cuáles son los procedimientos que definen quién conduce políticamente a la nación. Si el jefe de Estado es electo, estaremos ante una República; si hereda el poder, estamos ante una monarquía; si lo usurpa sin atender a ningún mecanismo, ante una autocracia.
- Según el grado de libertad y participación política. Esto es, dependiendo de cómo se administra el poder de cara al respeto de los derechos humanos y fundamentales de la población. Así, puede haber autoritarismos, totalitarismos o democracias.
- Según el tipo de vínculo existente entre la jefatura del estado y el parlamento. Esta clasificación distingue entre regímenes presidenciales, en los que el presidente es electo y constituye un poder político aparte, y los regímenes parlamentarios, en los que el parlamento elige de su seno un primer ministro que ejerza la jefatura del Estado con poderes muy limitados por el legislativo.
Repúblicas
Las repúblicas son un constructo político muy antiguo, proveniente de Roma y Grecia principalmente. Su nombre viene de Res publica, la “cosa pública” en latín, que es el nombre que se daba a los asuntos relacionados al Estado, a lo que atañe a todos.
Las repúblicas se caracterizan por administrar el poder mediante instituciones, lo cual conduce a la clásica teoría de los tres poderes:
- Poder ejecutivo. Es la jefatura del Estado.
- Poder legislativo. Se encarga de la producción de leyes y contraloría.
- Poder judicial. Está a cargo de la interpretación de las leyes y administración de la justicia.
Cada uno de ellos está en manos diferentes para hacerse un mutuo contrapeso.
En las repúblicas suele implementarse la democracia como método de acceso al poder, o sea, la elección pública como vía de acceso al poder ejecutivo y legislativo, mientras que al judicial se accede de manera imparcial, mediante méritos profesionales y designación legislativa.
Pero puede también no hacérselo, como ocurre en las Repúblicas Comunistas, donde existen gobiernos totalitarios, no democráticos.
Son ejemplos de república actualmente: la República Argentina, la República Francesa, la República Democrática de Congo, la República Popular China, la República Bolivariana de Venezuela.
Monarquías
Las repúblicas son un constructo político muy antiguo, proveniente de Roma y Grecia principalmente. Su nombre viene de Res publica, la “cosa pública” en latín, que es el nombre que se daba a los asuntos relacionados al Estado, a lo que atañe a todos.
Las repúblicas se caracterizan por administrar el poder mediante instituciones, lo cual conduce a la clásica teoría de los tres poderes:
- Poder ejecutivo. Es la jefatura del Estado.
- Poder legislativo. Se encarga de la producción de leyes y contraloría.
- Poder judicial. Está a cargo de la interpretación de las leyes y administración de la justicia.
Cada uno de ellos está en manos diferentes para hacerse un mutuo contrapeso.
En las repúblicas suele implementarse la democracia como método de acceso al poder, o sea, la elección pública como vía de acceso al poder ejecutivo y legislativo, mientras que al judicial se accede de manera imparcial, mediante méritos profesionales y designación legislativa.
Pero puede también no hacérselo, como ocurre en las Repúblicas Comunistas, donde existen gobiernos totalitarios, no democráticos.
Son ejemplos de república actualmente: la República Argentina, la República Francesa, la República Democrática de Congo, la República Popular China, la República Bolivariana de Venezuela.
Las monarquías son gobernadas por reyes, cuyo acceso al poder es hereditario, o sea, se define por línea de sangre. Este método de gobierno era el imperante en el Medioevo europeo, cuando la aristocracia (nobleza) era la clase dominante de la sociedad feudal.
Sin embargo, muchas monarquías aún permanecen, aunque combinadas con un marco político democrático, bajo la forma de monarquías parlamentarias: el rey ejerce funciones de representación del Estado, mientras que el parlamento se ocupa del legislativo y del ejecutivo, y el poder judicial existe de manera independiente y autónoma.
Las monarquías fueron absolutas en algún momento, es decir, la autoridad del rey era total e indiscutible. Hoy en día el Rey se considera sólo una figura diplomática y tutelar del Estado, y ya no el dueño de un poder total.
Son ejemplos de monarquía actualmente: el Reino de España, la Gran Bretaña, el Reino de Suecia, el Reino de Camboya.
Las teocracias son los gobiernos religiosos, o sea, los regímenes en los que la Iglesia administra el Estado, y lo hace comúnmente conforme a algún texto sagrado o tradicional, como la Biblia o el Corán.
Este tipo de modelos políticos están francamente en desuso en Occidente, donde se asocian con sociedades antiguas y primitivas. Por otro lado, en ciertos países del Medio Oriente continúan siendo una alternativa viable.
Por ejemplo, el Califato religioso que el Estado Islámico pretendía crear en Oriente Próximo era un tipo de gobierno teocrático, en el que las leyes del Corán se aplicaban como modelo de justicia, y no existía separación entre Iglesia, religión y Estado.
Este tipo de modelos políticos están francamente en desuso en Occidente, donde se asocian con sociedades antiguas y primitivas. Por otro lado, en ciertos países del Medio Oriente continúan siendo una alternativa viable.
Por ejemplo, el Califato religioso que el Estado Islámico pretendía crear en Oriente Próximo era un tipo de gobierno teocrático, en el que las leyes del Corán se aplicaban como modelo de justicia, y no existía separación entre Iglesia, religión y Estado.
Federaciones y confederaciones
Las federaciones y confederaciones son uniones de pequeños Estados para construir uno solo de mayor tamaño y poderío, generalmente bajo la figura de una República Federativa.
En esos casos, el Estado se administra según un orden global o federal, con sus respectivos poderes públicos y leyes, cuya área de acción es el país entero. Convive con otro orden local, provincial o estatal, con sus respectivos poderes públicos pero un área de acción restringida, que nunca puede contravenir al orden federal.
Las confederaciones y federaciones se distinguen en que estos últimos exigen de los Estados confederados la renuncia de su soberanía, confiriéndosela así al Estado único, mientras que los Estados de una confederación siguen siendo siempre soberanos.
Además, las confederaciones suelen nacer por un tratado inmodificable que reúne políticamente a sus integrantes, cosa que no es necesaria en una Federación, guiada por una Constitución federal.
Son ejemplos de federación y confederación: los Estados Unidos de América, los Estados Unidos mexicanos, la Federación Rusa, la República Federal Alemana, o la extinta Unión Soviética de Repúblicas Socialistas (URSS).
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